Aún sin ser el anfitrión, lo importante para el habitante temporal del “Palacio del Bienestar” es la invitación a la reunión, y no si van a asistir o dejarán de hacerlo los líderes del “stick team” a la reunión en Los Ángeles.
Como protector de los delincuentes, porque son seres humanos y merecen respeto, no debe causar sorpresa la defensa a ultranza, hecha por el presidente sin nombre y sin gracia, de los mandatarios opresores del pueblo de Venezuela, Cuba y Nicaragua.
En este comportamiento, poco cortés y ausente de diplomacia, traslucen sus más oscuros anhelos de poder seguir sus pasos: quitar los estorbos de la ley e instituciones autónomas, establecer un régimen neoporfirista y materializar la dictadura perfecta.
Por supuesto, este comportamiento al más puro estilo de “el hijo desobediente”, o bien queriéndose mostrar en calidad del “hermano mayor” espera, ilusamente, no traiga consecuencias o un costo mínimo, gracias a sus grandes dotes persuasivas, como quedó evidenciado con Donald Trump.
Ahora, con esa misma firmeza, sin dobleces, solicitó encarecidamente: si no se logra el acuerdo de invitar a los países “de todas maneras nos sigamos respetando, que no haya sanciones o reproches, sencillamente no hubo acuerdo, no hubo entendimiento”.
Pero eso sí, les dice a los hermanos menores de Latinoamérica y El Caribe que “suceda lo que suceda, México va a estar presente”, sin saber si, finalmente, el gobierno de Joe Biden le hará llegar la invitación respectiva, porque como dice el refrán: del plato a la boca se cae la sopa.
¿Cree, en verdad, el presidente sin nombre que tiene al mandatario estadounidense en una encrucijada? ¿Acaso ya retiró de las fronteras norte y sur a los más de 20 mil elementos de la Guardia Nacional para limitar el tránsito de migrantes hacia Estados Unidos? ¿O estima tener estatus especial, por ser considerado ahora el patio delantero y no el trasero?
La visión distorsionada de la realidad, a causa de los otros datos -la ouija del cuatroteísmo- le impide darse cuenta cabal del proceso de estrecha vigilancia al cual está sometida su administración para cumplir puntualmente con los compromisos derivados del Tratado de Libre Comercio suscrito con Estados Unidos y Canadá.
Los litigios en marcha y nuevos que se esperan a causa de sus políticas energética y medioambiental, además de indemnizaciones millonarias, terminarían por espantar la inversión extranjera y acelerar la salida de capitales.
También se encuentra rigurosamente vigilado por su complacencia para con los cárteles de la droga mexicanos, cuyas operaciones han derivado en la muerte de más de 100 mil norteamericanos en 2021, por sobredosis de estupefacientes y obligar a las autoridades del país vecino a forzar medidas punitivas.
Los elevados índices de corrupción registrados en los tres años y medio del gobierno del mandatario sin gracia, que incluyen a miembros de su familia y colaboradores cercanos, es otro de los talones de Aquiles que restan credibilidad y capacidad de negociación, como se verá en los próximos encuentros con autoridades norteamericanas.
En unos días más nos percataremos de que el tema principal de conversación entre los mandatarios de América Latina y El Caribe será: “¿sí vas ir?”, sobre todo aquellos que tienen órdenes de aprehensión en Estados Unidos.
He dicho.
EFECTO DOMINÓ
Estados Unidos planea tomar una serie de medidas para revisar su política sobre Cuba, incluida el alivio sobre algunas restricciones impuestas durante el gobierno de Donald Trump en materia de remesas familiares, viajes a la isla y aumento de visas estadounidenses para cubanos.
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