Por Enrique Valadez González
México, junto con el resto de sus vecinos de América Latina, representan la región que menos invierte en infraestructura en el mundo en desarrollo, a excepción de África, pues como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) es apenas del 2.8 por ciento, por debajo incluso del 4 y 8 por ciento de países de Asia y Medio Oriente.
Por si fuera poco, el año pasado, el sector de la construcción registró un magro crecimiento, de 0.6 por ciento, debido a un estancamiento de las obras residencial y una menor actividad de la edificación productiva, sumado a las menores obras de comunicaciones y transportes.
Los estándares internacionales sugieren destinar del 5 al 8 por ciento del PIB a la construcción, un sector cuyos beneficios y derrama llegan a 75 por ciento de toda actividad económica del país.
De ahí la importancia del Acuerdo Nacional de Inversión en Infraestructura presentado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, que si se lleva a cabo de manera correcta y transparente, podría ser el empujón que necesita el país para salir del estancamiento económico en el que se encuentra.
Y es que, la inversión privada representa cerca del 16 por ciento del total de la economía mexicana, pero desde 2016 se ha detenido, principalmente por la incertidumbre política y el aumento de la inseguridad en algunas regiones del país.
Las inversiones anunciadas por el sector privado para lo que resta del sexenio de la 4T representan el 9 por ciento del total de la inversión privada, por lo que si se ejecutan todos los proyectos previstos, se esperaría un incremento cercano al 3 al 6 por ciento durante los próximos cinco años.
Si bien no es suficiente, el acuerdo podría ser un detonante de crecimiento económico, ya que la atonía en la inversión ha sido una de las principales contribuidoras del estancamiento económico; pero es importante que sea ejecutado, y que crezcan los proyectos y montos conforme avance el sexenio.
El acuerdo también podría ayudar a revivir la actividad en construcción, que es una de las principales causantes de la debilidad en el sector industrial en los últimos dos años y se encuentra en su peor momento, por lo que la reactivación de la inversión en infraestructura será determinante para contribuir a su recuperación.
El paso atrás que dio el gobierno de la 4T con la cancelación del Nuevo Aeropuerto en Texcoco, podría empezar a quedar atrás con la puesta en marcha de los nuevos proyectos -que sean viables y transparentes- y sobre todo, que fortalezcan la menguada infraestructura del país, tan necesaria para incrementar la competitividad de México, ante la cada vez mayor competencia internacional.
Morralla
Airbus participó en la XXI edición de Milipol, una exposición de seguridad nacional que se celebró en París, en donde presentó sus soluciones de seguridad pública, poniendo el foco en la interoperabilidad, la colaboración y la protección de infraestructuras nacionales críticas.
Llamó la atención su plataforma de comunicación y colaboración Tactilon Agnet, que permite compartir contenido multimedia (pulsar para hablar, vídeos, datos) de manera sencilla y segura usando redes de misión crítica Tetra o Tetrapol junto con 4G.
Además del Tactilon Dabat, un teléfono inteligente y un terminal de Airbus en un único dispositivo, que fue el mejor ejemplo de las ventajas que puede ofrecer la tecnología híbrida.
También existe una variedad de aplicaciones profesionales diseñadas para organismos de seguridad pública disponibles en el catálogo SmarTWISP de Airbus, el cual ofrecen funciones como herramientas biométricas, reconocimiento de matrículas y geoposicionamiento en el Tactilon Dabat.